viernes, 29 de octubre de 2010

Las venas hechas mierda.



Pasado el luto, voy a tocar un tema que desde hace muchos años es actualidad, pero que recién ahora se sueña con resolver. El problema de la minería tiene poco peso en la agenda pública principalmente por una razón, no aqueja en modo directo a las poblaciones de Buenos Aires ni la Capital. Así, para evitar caer en ese unitarismo tan popular por estos pagos, vengo a hacer un poco de ruido sobre la cuestión.
En esta temática quiero recalcar dos grandes problemas. Uno, los daños ambientales, dos, la voraz explotación de nuestros recursos naturales por capitales extranjeros.
Empecemos por el primero. Hemos de admitir que un cierto grado de daño ambiental es inherente a todo proceso industrial. Sin embargo, los daños de que aquí hablamos no son por cierto pequeños. Cada una de las cuatro etapas básicas de esta rama de la industria (cateo, exploración, explotación, y tratamiento del mineral) representan un considerable, y muchas veces irreparable daño a la geografía local. Al desgaste debido a las explotaciones y los cambios estructurales, se le suman la contaminación de los explosivos y los químicos utilizados para, primero encontrar el mineral, luego distinguirlo, y finalmente individualizarlo.
¿Significa esto que debamos suspender todo emprendimiento minero? Sostener esto sería un absurdo en el estado social actual. Pero, mucho daño sería ahorrado si la explotación se realizara de manera más equilibrada. Menos químicos y menos explotaciones serían necesarias si realizáramos una extracción menos voraz. ¿Qué nos lleva entonces a explotar nuestros montes y llenarlos de, entre otros químicos, cianuro? El apuro, estemos seguros, no se debe a nosotros. Son las mega mineras extranjeras quienes en lapsos que promedian los 10 años barren montes, extraen mineral, exportan y se largan, dejando una colección de residuos y escombros a su paso.
Uno supondría, leyendo esto, que mi queja nace del provecho que hacen las autoridades locales de la necesidad extranjera. Alguien, que lea por primera vez sobre este tema, podría creer que estoy disgustado porque el gobierno nacional saque provecho de la urgencia extranjera, vendiendo nuestros recursos a un costo elevado a quien se muestra desesperado. Pero no, ese no es el caso. Nuestra situación es aún peor, aún más alarmante, más humillante, y más insensata. Nosotros no vendemos a las empresas extranjeras el mineral, sino que les otorgamos licencias para que ellas mismas lo exploten y lo vendan. El marco legal que controla estas licencias fue realizado en los 90' con el fin de generar “condiciones adecuadas para hacer atractivo el ingreso de capitales para la inversión de riesgo en el campo de la minería”. Por cierto, cabe destacar que estas no son inversiones de "riesgo" y que su planificación es quisquillosa y cabal. Para dar algunos números, y al mismo tiempo aplaudir la dignidad de un pueblo, pongo por ejemplo el caso Esquel, donde un plebiscito en el que el 81% de los votantes dijo "NO a la mina", consiguió repudiar el proyecto de Meridian Gold. Según los propios números de la minera, se estimaba una facturación bruta de U$S 2.483.520.000 (dos mil cuatrocientos ochenta y tres millones quinientos veinte mil dólares), que dejarían más de dos mil millones de dolares de ganancia neta en un período de entre ocho y nueve años. El municipio de Esquel manejaba, por ese entonces, un presupuesto anual de menos de 14 millones de dolares.
La mayor parte de la inversión de estos macro-emprendimientos no deja réditos en nuestro país por una simple cuestión, utilizan tecnología de alta gama que nosotros no producimos. Cabe destacar que la importación de dicha maquinaria está exenta de impuestos. Y en cuanto a los empleos, este caso particular aseguraba ocupar 381 empleados, de los cuales sólo 115 sería de Esquel. Por otro lado, esos puestos durarían unos pocos años. Pues el proyecto admitía un plazo máximo de 9 años, en los que incluía el período de explotación, donde se utiliza menos mano de obra.
Los números son tremendos, y la única defensa que permiten es la de quienes se ven beneficiados de forma directa. Por un lado, los trabajadores mineros, por el otro, las grandes multinacionales y quienes se llevan un sobre.
¿Qué exijo yo? Creo que es necesaria una política tajante y dura para con estas empresas. Desde los 90 que las leyes nacionales siguen vigentes. Hace poco, el 24 de Abril último, el máximo tribunal de Jujuy realizó un fallo histórico al hacer hincapié en el principio precautorio e invertir la carga de la prueba. Antes, los pobladores debían probar los perjuicios realizados por la actividad minera (si, ridículo pero cierto), ahora serán las empresas y el gobierno los encargados de tener que demostrar que la actividad no afectará al medio ambiente. Es un fallo de una corte superior, importante pero poco, demasiado poco. Aquí se necesitan leyes nacionales nuevas, y se necesitan de manera urgente. Los minerales se van y no crecen, los daños se realizan y algunos no se podrán reparar. Los pueblos del interior no tienen forma de hacer valer su voz en el marco federal, y muchos de sus representantes se callan por un billete (ver CAEM en "Otros datos")
Ahora el punto final, ¿es ético poner medidas retroactivas a las empresas mineras? ¿Es correcto cambiarles las reglas del juego a mitad del proceso? Es mi particular opinión que tomar medidas retroactivas es, en cierto punto, una injusticia para quienes han invertido en el país. Pareciera también, una falta de honor y palabra. Pero, ¿no es acaso una falta de respeto mayor entregar como legado tierras destruidas? ¿No parece verdaderamente injusto permitir que los pueblos vendan su salud y su tierra por pocas monedas, mientras ven como sus tierras son saqueadas? ¿No es acaso una mayor falta de honor y palabra defraudar a los ciudadanos, quienes legan el poder a sus dirigentes, y regalar su dignidad y su tierra?
Creo que cada día que pasa con la legislación actual, con las medidas actuales, con la realidad esta de nuestras tierras andinas, es una ignorancia absoluta hacia ciertos compatriotas. Parezco tal vez demasiado idealista, demasiado nacionalista, demasiado romántico hablando de este modo. Pero qué se le va a hacer, hay cosas que no me dan mucha gracia.

Otras miserias:
1. Gran parte de la mano de obra en las grandes mineras internacionales es contratada de manera tercerizada, esto le permite esquivar las legislaciones locales, evitar denuncias por violaciones a los estándares fijados por las declaraciones de DDHH, y desentenderse en caso de accidentes.
2. Caso "La Alumbrera", Provincia de Catamarca. Da para buscar más datos sobre esta famosa miseria industrio-ambiental, hay mucho, les dejo un link que me gustó por lo lugareño.
3. La Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), es una perfidia. Basta ver su página donde se revela el hecho de no tener denuncias sobre el uso de cianuro (se utiliza hace más de 100 años en Argentina), como una fuente de buen trabajo. Cabe destacar que la UE prohibirá el uso de cianuro en la minería europea para proteger sus recursos hídricos, y pretende restringir el comercio con aquellos emprendimientos que utilicen el químico en cuestión. El Mercosur, claro, mostró su desprecio a esta medida, pues aquí se utiliza de manera habitual por empresas que son, en su mayoría, de capitales canadienses.

Para recalcar y seguir los próximos días, el reciente 28/10 en Uspallata Mendoza, se celebró una audiencia pública con casi dos mil personas para tratar sobre la instalación del proyecto minero de "San Jorge" (cobre) en Uspallata. En esta audiencia, por supuesto no vinculante, se oyeron voces en contra y a favor, estas últimas más que nada ilusionadas con la promesa de trabajo. Al parecer, la sindicalista Raquel Blas fue de las más aplaudidas. Mientras, el secretario de Medio Ambiente de Mendoza, Guillermo Carmona, afirmó que esta fue la audiencia pública "más grande que se ha realizado en Mendoza hasta el momento". Veremos a dónde va a parar esto, por lo pronto, yo aplaudo la movilización del pueblo mendocino, y nos invito a hacer un poco de eco por los hermanos del interior.

Si quieren investigar un poco por su cuenta, los aportes serán bienvenidos, los saludo y hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. Es un tema muy complicado por la presion que generan el los diferentes sectores, la mineria es una actividad que da vida de manera literal a pueblos enteros, eso es totalmente cierto. El problema son estos emprendimientos que utilizan metodos prohibidos en sus jurisdicciones nacionales, y como les es mas barato utilizar estos metodos en otros paises lo hacen. El caso mas extremo es el de la barrick gold, la mayor empresa de mineria del mundo, tiene filiales en todos los continentes, y en la mayoria de ellos tiene conflictos legales y sociales. Conflictos en Australia, Sudafrica, Chile, Argentina, y la lista sigue... (si no solo hacen mierda latinoamerica, el mundo en general destruyen)
    Un gran avanze fue la muy conflictiva ley de glaciares, que luego de lo conflictivo que es lograr conseguir que se vote afirmativamente con las mineras internacionales presionando, Fernandez k. la veto en el 2008 (tras la visita de Peter Munk de barrick gold, ah dato de interes, George Bush es accionista de B.G), y luego se refloto el debate años mas tarde, mas conflictivo que el anterior debate, pero logrando la aprobacion este año (esta vez con presion por parte de ONG'S y medios sobre el P.E.N y su poder de veto)... esta ley no es la solución magica, pero es un avanze muy grande en la legislación y demostro lo funcional que fueron los ejecutivos nacional y provinciales a los grandes capitales, en oposicion a sus comunidades.
    bueno tengo mucho para charlar de esto, segui el tema, en youtube hay mucho documental muy interesante dejo uno corto, aunque no con tanta informacion como otros pero ilustra el tema al menos http://www.youtube.com/watch?v=CwvfDRoVVy8

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  2. Felo yo no digo terminar con la minería, por supuesto, como bien decís es el motor de poblaciones enteras. Por eso mismo el Estado debe tomar cartas en el asunto, los trabajadores están en una situación de necesidad y las empresas cuentan con ello a la hora de negociar las condiciones. Me encantaría que el Estado argentino fomente y apuntale el trabajo de cooperativas mineras, o al menos pequeñas y medianas mineras de capitales argentinos. Pero, aún cuando permita el cuasi monopolio internacional actual, debe exigir, como soberano de sus recursos y representantes de su población, mejores condiciones. Si esto deja de ser competitivo a nivel internacional, pues como decía, fomentar las cooperativas que no necesitan un margen de ganancia tan radical.

    ¡¡Gracias por los aportes!!

    El tema glaciares lo tengo en mi agenda, y será motivo en alguna otra vuelta. Defender nuestros recursos es defender nuestra vida y dignidad, y las de las generaciones venideras.

    Abrazo amigo!

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