sábado, 14 de mayo de 2011

Humanidad



Soy un animal racional. Racional y pelotudo.

Me levanto siempre antes que el sol, y eso que odio madrugar como las monjas odian al sexo. No me despierta la tenue luz que entra por la ventana. No, me arranca de la pereza el amargado grito de un despertador taiwanés.

Corro el acolchado y me siento en la cama con la cabeza gacha.
Mierda. Mierda, pienso mientras voy al baño por el cago mañanero. Cepillo los dientes, me visto robóticamente y caliento el café que preparé la noche anterior. Le pongo un poco de leche.

Salgo de la casa y camino seis cuadras hasta la estación de tren. Buen día le digo al canillita en el andén, buen día pibe me responde con un poco más de alma.

Diez, quince minutos de espera hasta que me decido a sacar un cigarro. Estoy apagando el fósforo y dando la primer pitada cuando se oye el tic tac que anuncia el arribo. Tiro el cigarro al piso, enojado. Enojado y entristecido por un cigaro ¿Por un cigarro?

Me subo al vagón, somos una buena banda de tipos y tipas con caras largas. Me acomodo contra un rincón y pelo mi aparato de música. Auriculares a las orejas y me despido de la conciencia.

El tren baila, la gente baja, sube, somos todos iguales. Llegamos a Retiro y me salgo. Un río estancado de gente sin ganas me lleva hasta los molinetes. Meto boleto, salgo, meto boleto, entro al subte. Otra vez la misma rutina sólo que ahora bajo tierra. La música sigue sonando en mis oídos.

Llego al laburo y me prendo el segundo pucho. Fumo mientras tecleo las notas en mi pc. Traca-traca, traca-traca, suena mi teclado. En algún momento paro para almorzar. Un sándwich de milanesa con mayonesa. No doña, no me lo caliente, gracias. Una gaseosa negra para refrescar, si, negra.

Sigo dándole parejo a las teclas mientras se despide el sol. Salgo y está oscuro, subte y tren con el plástico en los oídos.

Llego a la casa. Me saco las zapatillas y me siento en una silla. Prendo la tele y me voy a preparar algo para morfar. Como solo. Apago la tele.

Ya en el cuarto me saco las medias.

Corro el acolchado y me siento en la cama con la cabeza gacha.

Prendo la luz al lado de mi cama. Agarro un libro. Lo suelto, no tengo ganas de leer.

Me tapo y apago la lámpara. Cierro los ojos.

Es fin de mes, me consuelo. Unas lucas más en mis ahorros. Es fin de mes, me consuelo. Las vacaciones cada vez más cerca. Es fin de mes, me consuelo.

En el verano voy a ir a la playa. Nada de abrigo, nada de música encerrada en mis oídos. Yo, el mar y una tabla de telgopor. En el verano voy a ir a la playa y voy a ser feliz, me consuelo.

Soy un animal racional. Racional y pelotudo.

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