martes, 16 de noviembre de 2010

Carta abierta, recontra abierta.

Hoy venía en el 15 camino al laburo cuando vi que se bajaba una piba con unas clavas en la mochila, no me resultaba especialmente atractiva, pero me divertía que un martes ande paseando los juguetes por ahí, como enajenada de todo el mambo ese que corre por las venas de nuestra capital.
Yo iba en uno de esos asientos que miran para atrás y además están por encima del resto, uno se siente como en una tarima, y así iba yo, mirando desde arriba a la petiza morocha que se apeaba para bajar del bondi, cuando me entraron ganas de invitarla a tomar una birra, o un te, lo que le pintara. Carraspee para juntar coraje, un gesto que no tiene sentido pero es costumbre, como la señal de la cruz. La miré, me miró, y arrugué. Enseguida me puse de excusa que tenía que ir al trabajo, y que ella seguro tenía cosas para hacer, pero la verdad es que me entró miedito. Alrededor vi todas esas jetas hundidas en la rutina y me intimidó su atención, no se por qué, yo no soy muy ducho de la timidez, pero esta vez me ganó.
Igual eso no es lo importante, no vine a cantar los sinsabores de un frustrado donjuán, lo central de este relato es lo que me puse a pensar después de comerme los mocos cual preescolar resfriado. Mientras miraba las caras de la compañía de viaje e intentaba esconder la frustración de mi congelado arranque, me puse a pensar en lo "loco" que hubiese sido invitar a la piba a los gritos en medio del bondi. A mí, por supuesto, en ese momento me pareció de lo más natural, yo tenía ganas de invitarla a salir, ella estaba a seis, siete, ocho pasos, y en medio había mucha gente, no me quedaba otra que subir el tono de voz. Y aún viéndolo ahora me vuelve a resultar natural, obvio, fácil. Pero sin embargo, no pude dejar de reconocer que jamás fui testigo de una situación similar, vi muchos hombres tirando piropos, y algunas mujeres también, pero nunca una invitación serena y original. ¿Cómo puede ser que viajando a diario en bondi y trenes hace años no fuera testigo de un hecho tan sencillamente genial? ¿Acaso no viajan personas atractivas en transporte público? Claro que si, yo soy testigo ¿Acaso no viajan personas solteras y predispuestas? Por supuesto, yo soy prueba.
El problema acá es de raíz, bien de fondo, así como la educación pedorra, y viajan de la mano. Desde pibitos, ahí ni bien arrancamos a entender algo, ya nos dicen cómo debemos ser. El psicoanálisis más básico y la experiencia de cualquiera ama de casa nos señalan que ya en los primero años inferimos las actitudes que debemos tomar. Nosotros, lejos de pelear contra esta asimilación inconsciente que nos limita barbaridad, hechamos como quien dice más leña al fuego con cientos de miles de índices amenazantes y poquitos, poquitísimos pulgares para arriba. De esto ya se habló bocha, y ese párrafo es todo lo que pienso agregar, no porque el tema no de para más, sino porque tengo la certeza de que quienes lean esto estarán conmigo sobre ese punto.
Ahora bien, mi cuestión es otra, porque yo quiero ser amoral, y digo quiero porque todavía hay tela por cortar, pero entonces ¿Cómo justifico mi desagrado para con los dedos inquisidores que nos dicen que no es apropiado, por ejemplo, invitar una cerveza gritando en público? Pues bien, yo no les digo que esté mal, solo les peleo porque, a contrario de aquellos, quiero un mundo más divertido.
Puf ¡la de reacciones originales que tendría el mundo con un poquito menos de pudor! Tirarse un pedo en el tren y decir "perdón" en voz alta sin sacar la vista del libro, salir en calzones (o chabomba) a pasear al perro, pelar un porro en la sobremesa del cumpleaños de la suegra, andar descalzo en el laburo, y tantos miles de originales y personales etc.
Así que bueno, aquí en esta especie de carta abierta - relato cotidiano, invito a los 2 o 3 lectores casuales a jugársela conmigo por un mundo más divertido. Es fácil, solamente hacer lo que nos de la gana.
Salud!



4 comentarios:

  1. A ver si el perro esta de acuerdo! Un abrazo y salud con mi cafe!

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  2. Un testimonio vital! Por favor haceme llegar su opinión Iso.
    Les mando saludos a los cuatro en la casa! Espero que anden muy bien, y gracias por bancar el blog amiga!!

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  3. Del tema de la timidez me da miedo decir lo que pienso.
    De tu reflexion final tengo q decir q es un plagio de los simpsons, mas especificamente y gracias a wikipedia, del episodio 88 (Bart´s inner child), que todo el mundo recuerda por la frase: "hago lo q se me antoja"
    Abrazo grande, pino.

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  4. Diablos, es válida la acusación y me declaro culpable. Como todo gran mediocre, me la paso robando a la genialidad, y me siento bien al respecto.
    Otro abrazo para allá, y vamos que la timidez engorda.

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